Nacimos en Granada y dentro de nosotras llevabamos la voz de nuestra madre y la pasión por los escenarios de nuestro padre.

 

Aunque no recordamos nuestras primeras palabras, nunca hemos olvidado la primera canción que, todavía con nuestra media lengua, cantabamos y según alguien nos contó, entonabamos acertadamente.

 

Muy pronto, mis padres nos llevaron a vivir a Madrid, teniendo que separarnos por la distancia, que nunca por el cariño, de una gran familia que fue nuestro primer público.

 

Afortunadamente en Madrid encontramos personas entrañables que mitigaron la tristeza que nos producía la lejanía de familiares tan queridos por nosotras.

 

Hoy, algunas de esas personas son nuestras mejores amigas, nuestras amigas del alma.

 

Como la música ocupaba la mayor parte de nuestros juegos, un juego más fue formar nuestro primer grupo THE LITTLES, elegimos un nombe en inglés porque, en aquellos años, daba prestigio a un grupo. Al menos, eso creíamos entonces.

 

Se acabaron los días de juegos y con nuesta recien estrenada juventud, formamos un dúo, al que dedicamos, tiempo, ensayos, estudio y sobre todo ilusión. THE LITTLES se convirtieron en PROMESAS, unas promesas que querían covertirse en una realidad, con un espacio propio en ese terreno tan fascinante como inseguro de la música.

 

Pero las dificultades superaban los buenos momentos, y la realidad del día a día terminó por apagar el sueño.

 

Dicidimos dejar de cantar, y eso fue así, durante mucho tiempo............

 

Ahora hemos decidido volver, THE LITTLES y PROMESAS quedaron atrás y también una forma de vivir la música.

 

Hoy volvemos con un nuevo nombre DESVÁN DE SUEÑOS, porque nuestra vuelta a la música, es semejante al día que decides entrar en ese lugar donde dejamos todo aquello que alguna vez ocupó un sitio a lo largo de la vida. En nuestro caso la música, que hemos querido recuperar con el único fin de hacer lo que más nos gusta, pero esta vez sin competición, sin metas, sin ilusiones frustradas.

 

Así que, recogimos de ese desván las canciones que nos gustan, restauramos, como si de objetos antiguos se tratara, las ganas de compartirlas, rescatamos los acordes y nos volvimos a perder entre pentagramas llenos de notas, esperando con su ayuda, poder transmitir todas esas sensaciones que percibimos cuando CANTAMOS.